Asociación laicista

Hay cierta asociación en Granada, capitaneada por un señor que suele escribir cartas en uno de esos diarios locales, que quiere difundir los valores laicos en la sociedad granadina.
Presentados por alusiones asociación y miembro de ésta, anoto dos conclusiones que saco al respecto de lo que de ellos he leído: al parecer este señor pretende una concordia y paz social, fundada en la negación de todo cuanto suene a práctica religiosa; para lograrlo qué mejor que acosar a los obispos y a la Iglesia Católica, con ataques furibundos e infundados, sin dejar opción al diálogo: paradójicamente resultando un Pontificado laico.
Desde mi humilde posición de lector de las páginas de opinión, me pregunto por qué cuando hay algo que contradice el juicio propio, en vez de preguntar, enseguida se recurre a la serie de etiquetas con las que contamos en nuestros ficheros mentales para desacreditar dicho juicio.
Sólo espero que ese laicismo tan pretendidamente neutral en lo que se refiere a ideología, respete que la Iglesia está formada por las personas que hacen posible que exista y funcione el Estado que esta asociación quiere convertir en antirreligioso, que no aconfesional, como ya es.
Con el trato de privilegio que la Iglesia quizá recibe del Estado en comparación con otras religiones, no se hace sino un acto de justicia histórica y democrática, pues le guste o no a su minoría laica, los católicos son mayoritarios en España, y han construido España.
Además, no creo que el creado problema de la asignatura de religión sea, por otro lado, mayor que el del respeto a las conciencias de todos los que no están de acuerdo con la financiación pública de actos que van contra al derecho a la vida, como el aborto, la experimentación con células madre, el reparto gratuito de preservativos en los institutos... Ahí sí tiene su asociación un derecho fundamental y universal que defender en pro de una paz y concordia social y de un Estado que respete ideologías y creencias: el derecho a la libertad de las conciencias.