Con todo este debate de LOE sí o LOE no, me pregunto qué será lo que subyace debajo de esta dialéctica de crítica y defensa férrea de ley tan polémica. Entonces recapacito, y me dirijo a la actual ordenación de los planes de estudios de la secundaria, fijados por la LOGSE (la ley orgánica vigente, que provocó en su día la propuesta de la LOCE del PP), y leo el primer objetivo de la asignatura de Lengua Española para el primer ciclo de la Secundaria: “Comprender discursos orales y escritos, literarios y no literarios adaptados a las necesidades y capacidades de los alumnos”. Sin duda, es una ley que confía en una especie de bondad natural presente en los alumnos sin necesidad de formar sus capacidades. Lógicamente se pensaría que la función de un buen profesor debería ser la de lograr que el alumno adquiera capacidades para el aprendizaje, mejora personal que le abriría las puertas a nuevas necesidades formativas, consecuencia de sus nuevas inquietudes hacia la cultura, el conocimiento, la ciencia, el arte… Pero la ley nos exige dar por supuesto que en el alumno ya hay unas capacidades y necesidades innatas, que supongo que en el curso siguiente evolucionarían por un mecanicismo biológico, o algo así, para que pueda comprender nuevos discursos “adaptados a sus necesidades y capacidades”. O puede ser que el alumno pase por el colegio y por el instituto comprendiendo siempre los mismos discursos, pues nadie se preocupa de que sus capacidades sean cada vez mayores y mejores y sus necesidades distintas y orientadas. La ley no permite que el alumno crezca ni intelectual ni personalmente, pues él solo -por genética- nunca lo logrará.
Hay necesidad de cambiar la ley, exige la comunidad educativa. Se propone una Ley de Calidad (LOCE) con cierto consenso. A continuación cambia el Gobierno y vuelven a sacar una ley que aún fomenta más este determinismo biológico del que hemos hablado antes, la LOE. ¿Hasta qué punto podemos dejar que las ideologías de partidos determinen cómo van a ser las personas en el futuro? No existe el determinismo biológico en la educación, pero sí se puede manipular la enseñanza para limitar libertades: libertad para poder conocer y optar libremente a unos u otros estudios. Libertad para poder desarrollar las capacidades latentes en la juventud: capacidad de compromiso, responsabilidad, espíritu crítico, afán de superación, inquietud por la verdad, generosidad… Cosas peligrosas para deliberar ante una urna. Con la LOE (más de la LOGSE, sino léanla en esta clave) el Estado atrofia las alas a las personas desde la juventud, con la falacia de una formación igualitaria y para la ciudadanía. Me pregunto ¿qué es un buen ciudadano, sino una buena persona?
Hay necesidad de cambiar la ley, exige la comunidad educativa. Se propone una Ley de Calidad (LOCE) con cierto consenso. A continuación cambia el Gobierno y vuelven a sacar una ley que aún fomenta más este determinismo biológico del que hemos hablado antes, la LOE. ¿Hasta qué punto podemos dejar que las ideologías de partidos determinen cómo van a ser las personas en el futuro? No existe el determinismo biológico en la educación, pero sí se puede manipular la enseñanza para limitar libertades: libertad para poder conocer y optar libremente a unos u otros estudios. Libertad para poder desarrollar las capacidades latentes en la juventud: capacidad de compromiso, responsabilidad, espíritu crítico, afán de superación, inquietud por la verdad, generosidad… Cosas peligrosas para deliberar ante una urna. Con la LOE (más de la LOGSE, sino léanla en esta clave) el Estado atrofia las alas a las personas desde la juventud, con la falacia de una formación igualitaria y para la ciudadanía. Me pregunto ¿qué es un buen ciudadano, sino una buena persona?
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