Cuando todo el mundo parece aceptar como positivo el paso
hacia la igualdad de los discapacitados y su integración en el mundo laboral, así como el respeto hacia sus capacidades menos desarrolladas, el Proyecto Gran Simio compara, es más, iguala a los monos y orangutanes con los discapacitados mentales. Estas son sus palabras textuales: “sus derechos deben ser salvaguardados por guardianes humanos, del mismo modo en que se salvaguardan los intereses de los menores de edad y de los discapacitados mentales de nuestra propia especie”.
Yo no soy discapacitado. Tampoco hay ninguno en mi familia. Aún así me sentí dolido por la comparación. ¿Cuántas denuncias y manifestaciones de repulsa hubieran levantado estas palabras en boca de algunos personajes de la vida pública? El PSOE, por lo visto, auspicia esta iniciativa. Me pregunto si las asociaciones de discapacitados mentales y los defensores del menor no levantarán su voz y tomarán las medidas legales oportunas contra este atropello.

Yo no soy discapacitado. Tampoco hay ninguno en mi familia. Aún así me sentí dolido por la comparación. ¿Cuántas denuncias y manifestaciones de repulsa hubieran levantado estas palabras en boca de algunos personajes de la vida pública? El PSOE, por lo visto, auspicia esta iniciativa. Me pregunto si las asociaciones de discapacitados mentales y los defensores del menor no levantarán su voz y tomarán las medidas legales oportunas contra este atropello.
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