Monday, July 09, 2012

Presentación de Río Paisano de Joaquín Antonio Peñalosa


El 18 de enero se presentó oficialmente el pormario póstumo de Joaquín Antonio Peñalosa Santillán, mexicano. Los ponentes fueron
 


* Sr. D. Fernando Arredondo, Profesor de Lengua y Literatura, preparador de la edición.
* Sr. D. Doctor Miguel Ángel Arias, Profesor  de Literatura Universidad San Pablo CEU.
* Sr. D. Jaime del Arenal Fenochio, Director del Instituto de México en España.


Aquí se pueden ver algunas imágenes de dicho acto, así como el texto completo de la presentación de su prologuista.


Un momento de la presentación, en la que interviene Ángel Arias, profesor de Literatura de CEU San Pablo.


Vista del salón del Instituto de México en España, donde además de parte del aforo se pueden observar algunos lienzos de pintura moderna mexicana.

ALGUNOS MOMENTOS DE LA PRESENTACIÓN






















Texto de la presentación de Río paisano, por Fernando Arredondo:


PRESENTACIÓN EN LA EMBAJADA DE MÉXICO
INSTITUTO DE MÉXICO EN ESPAÑA

Agradezco a don Jaime del Arenal y a don Francisco Robles, su interés por este libro y la posibilidad que me han ofrecido de presentar este libro en su casa, así como la presencia de todos ustedes en este acto.

Como saben, el poemario que nos ha traído hasta este acogedor rincón de México en Madrid, no es del conferenciante que ahora se dirige a ustedes, sino de un hombre que nos dejó en el año 99, que es quien debería estar ahora hablando de su libro, y no yo, que no soy más que un desconocido que ha osado –si se me permite decirlo así- poner mis manos sobre las palabras de Joaquín Antonio Peñalosa.

Es por eso que me lleno de un respetuoso pudor cuando algún lector bienintencionado, quizá alguno de ustedes, se me ha acercado para pedirme que le dedique el libro, pues aunque haya sido yo quien ha  preparado el prólogo y la edición, me siento como si profanara el derecho a “dedicar” que le corresponde a su auténtico autor.

Y cómo no, imagino que si hoy pudiera estar Joaquín Antonio aquí, siempre tan agradecido y humilde, tendría también unas palabras de agradecimiento para Fidel Villegas, Director de Cuadernos de Poesía de Númenor. Gracias a él y a su interés, inasequible al desaliento en estos tiempos malos para la lírica, se termina de publicar la obra poética de Peñalosa. Y precisamente en España, esa tierra tan querida por nuestro autor.

Querría ahora, realizado el “ritual” de los agradecimientos, no por consabido, innecesario, centrarme en el nombre del libro: Río paisano.

Decía Borges –y digo “decía” pues esas conferencias nunca fueron escritas por él- ante estudiantes de la Universidad de Harvard, que existen cuatro modelos de metáfora prototipos del resto de las metáforas que la literatura ha aportado a lo largo de los siglos. Una de ellas es la del río, la de “la idea del tiempo que fluye, que fluye como un río”. Metáfora ya presente en el griego Heráclito.

Si aceptamos que este título hace referencia a la metáfora del fluir del tiempo, se hace inquietante pensar que sea precisamente título del libro con el que se acabó su tiempo. El final del río.

En la desembocadura de cualquier río, es donde se encuentran los sedimentos; los sedimentos de todo aquello que sus aguas ha ido arrastrando desde su nacimiento. Quizá, Joaquín Antonio, consciente de esta bonita imagen, quiere comenzar llamando la atención sobre sus propias fuentes, sobre el inicio de su poética: Virgilio.

Virgilio no es solo el poeta, quiero pensar que es la persona elegida por Peñalosa para simbolizar las letras clásicas, para recoger en un solo nombre toda la caterva de creadores grecolatinos que con sus palabras han fertilizado la literatura occidental a lo largo de los siglos, trasformadas estas, o disfrazadas, con las aguas nuevas de idiomas lejanos e insospechados, como el español de América.

Este río, transporta, pues, vestigios de remotas lecturas y evidentes novedades de la lírica contemporánea.

Antes de continuar, les pediría, abusando tal vez de su amabilidad, que hagan un esfuerzo, por escuchar ahora la voz de Peñalosa y no la mía.

Con más o menos acierto voy a leer en voz alta alguno de los textos de Río paisano, en primer lugar para que los disfruten y en segundo lugar para hacerles explícitos algunos de estos sedimentos a los que me venía refiriendo. Esta lectura es un acto de lealtad a Joaquín Antonio, que aprendió de su profesora en la universidad, la escritora Concha Urquiza, que el tradicional método de enseñar literatura como un cementerio de fechas y nombres hay que abandonarlo y optar por infundir el placer de la literatura desde los textos mismos.

Empecemos con el “Testamento de la abuela”   (Página 50, se lee)

-Encontramos la oralidad como en los textos que recitaban los ciegos homeros o los juglares medievales, pero con un verbo tan mexicano como ese “arrímense” que imagino que a los españoles presentes entre el público les habrá sorprendido, pues es más familiar en España el uso de “acérquense”. Va a comenzar la función, el recital, la acción dramática…

-El tono moral del tempus fugit, resumido en “La muerte, el entierro/ son cosas de la vida”.

-El locus amoenus. Ese lugar apacible, donde la naturaleza se presenta en un equilibrio casi perfecto, derrochando la belleza del punto medio, la prosperidad, aquí expresadas en la granada, en la ceiba, en los cántaros llenos, en el vuelo de las mariposas, el suave discurrir del río.

-Las bucólicas de Virgilio, por ejemplo el discurso de Melibeo al comienzo de la Égloga I:

“Tendido al pie de tu haya de ancha sombra,
tú, Títiro, en el leve caramillo
ensayas tus tonadas campesinas.
Nosotros, de la patria en los linderos,
adiós decimos a sus dulces campos,
nosotros, de la patria fugitivos…
tú, tendido a la sombra, al eco enseñas,
oh Títiro, a que el bosque te repita:
¡Amarilis hermosa!...

Aquí habrán notado al igual que yo la oralidad, en cuanto se refiere en segunda persona a Títiro, el tono moral de la fugacidad de la vida, la exquisitez con que se refiere a las cosas del campo, concretamente a la “haya” bajo cuya sombra se tiende Títiro, recordándole a su amada. Del mismo modo Peñalosa  sitúa a Juan bajo una aceiba, que es recuerdo de su amada abuela.

-La imagen misma del río, de la que ya hemos hablado.

Todas estas indicaciones mías, no son más que reflexiones realizadas en voz alta, que a buen seguro ustedes podrán realizar durante la lectura del libro de un modo más profundo y seguramente productivo.

Otro poema que me gustaría leerles, esta vez para mostrar la modernidad de nuestro poeta, sin entrar a pesados asuntos formales, como el uso del verso blanco, o la falta de signos de puntuación, es “Tribu de mendigos”. (Página 49, se lee).

Pienso, ustedes también se habrán dado cuenta, que en este poema se usa una técnica muy fotográfica, algo muy moderno. El poema son tres fotografías, tres momentos congelados por imágenes:

a)     La primera muy dickensniana, ahora que comenzamos el segundo centenario de Dickens. Los mendigos en una calle.
b)    La segunda, como una crítica a la manera en que los hombres acallamos nuestra conciencia, justificando la indiferencia con excusas: un matrimonio y un diablillo.
c)     La tercera, la penosa imagen de los pobres retirándose a los arrabales para dormir.

Por último les leeré, a modo de despedida, no olviden que es Peñalosa quienes le habla, no yo, “Muerte no es morir”. (Página 99, se lee).

Me encantaría seguir hablándoles de la poesía de Peñalosa, porque me entusiasma su optimismo, su novedad, su lenguaje humanizado y porque como señaló el introductor de Peñalosa en España, el también poeta Miguel d’Ors, la poesía de Joaquín Antonio es como “un vaso de buen vino”.

Pero no quiero seguir aburriéndoles con digresiones y dejo que sea su imaginación y no la mía la que les haga disfrutar de estos versos.



3 comments:

luismi said...

Muy buen día Fernando. Ya sabes que yo no pude ir presencialmente por causa mayor pero si con el corazón. Ya sabes también que todo los hispano y latino me llega a lo más profundo del corazón y por ello lo miro con el entusiasmo de un crío que quiere andar y conocer...

Grandes pueblos y grandes autores unidos en una misma lengua, algo maravilloso.

pd: enhorabuna de nuevo por dar voz a quien no la tiene.

Alberto Tarifa Valentín-Gamazo said...

Gracias, Fernando por esta entrada, es casi como haber estado allí, y así disfrutar ahora de ese momento de arte, de literatura, de poesía, de verdad.
Un abrazo, y que sigas frecuentando las Musas.

Mateo García Lobato said...

Tambien yo agradezco la posibilidad de "estar" desde este post en la presentacion de tan buen poemario