Wednesday, January 22, 2014

Derecho de la mujer a decidir matar a otro u otra



Es probable que a más de uno le haya ocurrido lo que a mí antes de ponerme a escribir este texto: querer proporcionar el argumento definitivo e incuestionable sobre el asunto de marras. En esta ocasión, el aborto.
Sin embargo, es más que difícil hablar de determinados asuntos que se dicen “ideólogicos”, sin posicionar al lector, casi mecánicamente, a favor o en contra, y sin despertar ese “espíritu crítico” que todos tenemos, que más que intentar juzgar como  verdaderos o falsos los juicios del autor, se afana con cierta ansiedad en buscar aquella información , modo de decir, o lo que sea, que desnude el posicionamiento progre o reaccionario del narrador, para dejar de pensar y poder leer con tranquila simpatía o antipatía lo que resta del artículo.

En fin, yo les ahorraré esfuerzo; estoy en contra de toda ley que no prohíba taxativamente el aborto. Hala, a descansar la mente. Tampoco les daré el tal argumento definitivo. Lo siento.

Si aún continúan leyendo, díganme ¿quién duda en conciencia y sinceramente (después de haberlo pensado, claro está) de que la reproducción asistida (en tanto su aplicación supone el sacrificio de algunos embriones) y el aborto sean prácticas eugenésicas? Al fin y al cabo se trata de seleccionar quién vive y quién no, de manera arbitraria. ¿En qué nos diferenciamos, pues, de esos que seleccionaban a los individuos que debían existir y eliminaban al resto, esos nazis a los que ahora tanto aborrecemos? ¿Nosotros somos, quizá, mejores seleccionadores? ¿O tal vez nos merezcamos más que ellos el vivir con quien nos dé la gana? El hecho mismo de considerar una amenaza el nacimiento de un niño cuando toque, a parte de recordarnos ciertos relatos bíblicos como el de Herodes, dice mucho acerca de las motivaciones que mueven a una sociedad que se complace en definirse como moderna y democrática.

El juego de la igualdad



Juguemos a que estamos de acuerdo con lo que propone la ideología de género. Si es así que un hombre y una mujer son exactamente iguales, idénticos (no solo a efectos jurídicos, ni en lo referente a su igual dignidad personal), entonces entre ellos las únicas diferencias posibles son las impuestas por la biología, es decir, por el cuerpo con el que se nace, el cual no se elige. Todo lo demás son condicionamientos sociales. ¿Cómo es posible que esa misma ideología ampare a un transexual y en el caso de la Junta de Andalucía financie con el dinero público las operaciones de cambio de sexo? ¿Cómo puede plantearse tomar medidas contra un colegio andaluz que impone a un alumno llevar el uniforme acorde con el cuerpo que posee?


Si jugamos de verdad a la “igualdad”, un transexual transgrede las normas, pues al margen de su cuerpo dice ser mujer u hombre, lo que no es más que rechazar de plano que los hombres y las mujeres sean idénticos. No se puede ser hombre dentro de un cuerpo de mujer, ni mujer en cuerpo de hombre, pues para la ideología de género solo existen hombres y mujeres en el terreno biológico. En otras palabras, no existe la posibilidad de sentirse hombre o mujer, si no es por un condicionamiento social que presupone que las mujeres y los hombres sienten (se sienten) de un modo distinto. Un transexual es el antagonista de la igualdad de género; es el máximo exponente de la diferenciación de género. “Transexual” para las instituciones que vigilan la igualdad de género debería ser una palabra tan horrible como “sumisa”, “segregación”, “machismo”. ¿Qué sentido tiene que los que dictan las normas tomen medidas contra los que cuidan esas normas hasta el extremo de poder perder su concierto? El colegio de San Patricio de Málaga
y los padres perjudicados por la decisión de la Junta de abrir un expediente, deberían recibir, de acuerdo con esta ideología, un premio por su compromiso con la igualdad. Para mí, que estoy jugando a esto, son unos héroes y unas víctimas del poder. 

Wednesday, December 12, 2012

Paro, fracaso educativo



 

Cuando un niño, adolescente o joven universitario, afirma no tener nada que estudiar se le suele responder que hasta que no tenga todo sobresaliente tendrá algo que estudiar. De modo que mientras exista una deficiencia en el conocimiento será posible crecer en este. Por tanto, los estudiantes desocupados que no alcanzan buenas calificaciones no pueden culpar a nadie más de estas, sino a su desidia.
Si extraemos esta lógica al campo de lo profesional y laboral, me pregunto ¿cómo siendo España un país no sobresaliente, es decir, de 10, en tantos aspectos (universidad, industria, banca, infraestructuras, política, economía, y todos los etcéteras que se quieran poner) puede tener tantos ciudadanos -unos seis millones- en edad laboral desocupados?

En este caso, la desocupación que no se deba a la mera desidia, viene impuesta. Impuesta desde su raíz por un sistema educativo que no dirige bien hacia las auténticas necesidades de crecimiento de la nación. La escuela ha sido maltratada en España por leyes educativas promovidas desde el prejuicio ideológico. Quizá sea momento de aceptar el auténtico valor de la escuela como garante del futuro de una nación.  Un proyecto educativo que respete los intereses particulares de la persona, pero que pueda conducirlos hacia los de la nación, de modo que no entren en conflicto y dirija a cada uno a solventar una de las muchas deficiencias que tiene España.

Friday, August 24, 2012

Vuelta al cole




El Corte Inglés ya está preparado para la vuelta al cole, así lo dice su publicidad. Ya está el dichoso cartel inmenso que anuda los nervios en el estómago a los padres, que van a tener que desembolsar unos buenos euros en las mejores ofertas, y a los niños, que ven que su paraíso estival tiene fecha de caducidad. Lástima.
Y me pregunto ¿para qué ese gasto y esos nervios? Si los datos del fracaso escolar y de los resultados del informe PISA son reales, resulta que los españoles gastan tiempo, dinero y ganas en fracaso y bajo nivel educativo. Lo que no entiendo es por qué a la generación del fracaso escolar se le quiere denominar la más preparada de la historia, pero ese es otro asunto.
Lo cierto es que la LOE es un desastre, que ha reforzado los puntos más negativos que contenía la LOGSE, que no se funda en la realidad, sino en bonitas teorías pedagógicas y en ideología. Que haya que gastar dinero en esa porquería es denigrante para el contribuyente. Si yo tuviese que pagar cada año para que me destrocen el coche en un taller me tomarían por idiota. Más, si tengo que forrarlo a complementos caros antes de llevarlo. ¿Por qué pagamos y nos angustiamos para que nos destrocen obligatoriamente a los niños -al menos hasta los 16 años- en los centros de enseñanza? Ya que nadie parece dispuesto a legislar un proyecto educativo no demagógico, al menos que dejen a los padres tirar su dinero en el centro que les dé la gana y que les subvencionen una educación, que como mucho podrá ser igual de terrible, no más, que esta, como pueda ser la privada, donde se ofrece un poco más de alternativa, por ejemplo, la diferenciación entre niños y niñas atendiendo a sus diferencias cognoscitivas y madurativas, por ejemplo, ya que ofrecen otras muchas alternativas.

Monday, July 09, 2012

Presentación de Río Paisano de Joaquín Antonio Peñalosa


El 18 de enero se presentó oficialmente el pormario póstumo de Joaquín Antonio Peñalosa Santillán, mexicano. Los ponentes fueron
 


* Sr. D. Fernando Arredondo, Profesor de Lengua y Literatura, preparador de la edición.
* Sr. D. Doctor Miguel Ángel Arias, Profesor  de Literatura Universidad San Pablo CEU.
* Sr. D. Jaime del Arenal Fenochio, Director del Instituto de México en España.


Aquí se pueden ver algunas imágenes de dicho acto, así como el texto completo de la presentación de su prologuista.


Un momento de la presentación, en la que interviene Ángel Arias, profesor de Literatura de CEU San Pablo.


Vista del salón del Instituto de México en España, donde además de parte del aforo se pueden observar algunos lienzos de pintura moderna mexicana.

ALGUNOS MOMENTOS DE LA PRESENTACIÓN






















Texto de la presentación de Río paisano, por Fernando Arredondo:


PRESENTACIÓN EN LA EMBAJADA DE MÉXICO
INSTITUTO DE MÉXICO EN ESPAÑA

Agradezco a don Jaime del Arenal y a don Francisco Robles, su interés por este libro y la posibilidad que me han ofrecido de presentar este libro en su casa, así como la presencia de todos ustedes en este acto.

Como saben, el poemario que nos ha traído hasta este acogedor rincón de México en Madrid, no es del conferenciante que ahora se dirige a ustedes, sino de un hombre que nos dejó en el año 99, que es quien debería estar ahora hablando de su libro, y no yo, que no soy más que un desconocido que ha osado –si se me permite decirlo así- poner mis manos sobre las palabras de Joaquín Antonio Peñalosa.

Es por eso que me lleno de un respetuoso pudor cuando algún lector bienintencionado, quizá alguno de ustedes, se me ha acercado para pedirme que le dedique el libro, pues aunque haya sido yo quien ha  preparado el prólogo y la edición, me siento como si profanara el derecho a “dedicar” que le corresponde a su auténtico autor.

Y cómo no, imagino que si hoy pudiera estar Joaquín Antonio aquí, siempre tan agradecido y humilde, tendría también unas palabras de agradecimiento para Fidel Villegas, Director de Cuadernos de Poesía de Númenor. Gracias a él y a su interés, inasequible al desaliento en estos tiempos malos para la lírica, se termina de publicar la obra poética de Peñalosa. Y precisamente en España, esa tierra tan querida por nuestro autor.

Querría ahora, realizado el “ritual” de los agradecimientos, no por consabido, innecesario, centrarme en el nombre del libro: Río paisano.

Decía Borges –y digo “decía” pues esas conferencias nunca fueron escritas por él- ante estudiantes de la Universidad de Harvard, que existen cuatro modelos de metáfora prototipos del resto de las metáforas que la literatura ha aportado a lo largo de los siglos. Una de ellas es la del río, la de “la idea del tiempo que fluye, que fluye como un río”. Metáfora ya presente en el griego Heráclito.

Si aceptamos que este título hace referencia a la metáfora del fluir del tiempo, se hace inquietante pensar que sea precisamente título del libro con el que se acabó su tiempo. El final del río.

En la desembocadura de cualquier río, es donde se encuentran los sedimentos; los sedimentos de todo aquello que sus aguas ha ido arrastrando desde su nacimiento. Quizá, Joaquín Antonio, consciente de esta bonita imagen, quiere comenzar llamando la atención sobre sus propias fuentes, sobre el inicio de su poética: Virgilio.

Virgilio no es solo el poeta, quiero pensar que es la persona elegida por Peñalosa para simbolizar las letras clásicas, para recoger en un solo nombre toda la caterva de creadores grecolatinos que con sus palabras han fertilizado la literatura occidental a lo largo de los siglos, trasformadas estas, o disfrazadas, con las aguas nuevas de idiomas lejanos e insospechados, como el español de América.

Este río, transporta, pues, vestigios de remotas lecturas y evidentes novedades de la lírica contemporánea.

Antes de continuar, les pediría, abusando tal vez de su amabilidad, que hagan un esfuerzo, por escuchar ahora la voz de Peñalosa y no la mía.

Con más o menos acierto voy a leer en voz alta alguno de los textos de Río paisano, en primer lugar para que los disfruten y en segundo lugar para hacerles explícitos algunos de estos sedimentos a los que me venía refiriendo. Esta lectura es un acto de lealtad a Joaquín Antonio, que aprendió de su profesora en la universidad, la escritora Concha Urquiza, que el tradicional método de enseñar literatura como un cementerio de fechas y nombres hay que abandonarlo y optar por infundir el placer de la literatura desde los textos mismos.

Empecemos con el “Testamento de la abuela”   (Página 50, se lee)

-Encontramos la oralidad como en los textos que recitaban los ciegos homeros o los juglares medievales, pero con un verbo tan mexicano como ese “arrímense” que imagino que a los españoles presentes entre el público les habrá sorprendido, pues es más familiar en España el uso de “acérquense”. Va a comenzar la función, el recital, la acción dramática…

-El tono moral del tempus fugit, resumido en “La muerte, el entierro/ son cosas de la vida”.

-El locus amoenus. Ese lugar apacible, donde la naturaleza se presenta en un equilibrio casi perfecto, derrochando la belleza del punto medio, la prosperidad, aquí expresadas en la granada, en la ceiba, en los cántaros llenos, en el vuelo de las mariposas, el suave discurrir del río.

-Las bucólicas de Virgilio, por ejemplo el discurso de Melibeo al comienzo de la Égloga I:

“Tendido al pie de tu haya de ancha sombra,
tú, Títiro, en el leve caramillo
ensayas tus tonadas campesinas.
Nosotros, de la patria en los linderos,
adiós decimos a sus dulces campos,
nosotros, de la patria fugitivos…
tú, tendido a la sombra, al eco enseñas,
oh Títiro, a que el bosque te repita:
¡Amarilis hermosa!...

Aquí habrán notado al igual que yo la oralidad, en cuanto se refiere en segunda persona a Títiro, el tono moral de la fugacidad de la vida, la exquisitez con que se refiere a las cosas del campo, concretamente a la “haya” bajo cuya sombra se tiende Títiro, recordándole a su amada. Del mismo modo Peñalosa  sitúa a Juan bajo una aceiba, que es recuerdo de su amada abuela.

-La imagen misma del río, de la que ya hemos hablado.

Todas estas indicaciones mías, no son más que reflexiones realizadas en voz alta, que a buen seguro ustedes podrán realizar durante la lectura del libro de un modo más profundo y seguramente productivo.

Otro poema que me gustaría leerles, esta vez para mostrar la modernidad de nuestro poeta, sin entrar a pesados asuntos formales, como el uso del verso blanco, o la falta de signos de puntuación, es “Tribu de mendigos”. (Página 49, se lee).

Pienso, ustedes también se habrán dado cuenta, que en este poema se usa una técnica muy fotográfica, algo muy moderno. El poema son tres fotografías, tres momentos congelados por imágenes:

a)     La primera muy dickensniana, ahora que comenzamos el segundo centenario de Dickens. Los mendigos en una calle.
b)    La segunda, como una crítica a la manera en que los hombres acallamos nuestra conciencia, justificando la indiferencia con excusas: un matrimonio y un diablillo.
c)     La tercera, la penosa imagen de los pobres retirándose a los arrabales para dormir.

Por último les leeré, a modo de despedida, no olviden que es Peñalosa quienes le habla, no yo, “Muerte no es morir”. (Página 99, se lee).

Me encantaría seguir hablándoles de la poesía de Peñalosa, porque me entusiasma su optimismo, su novedad, su lenguaje humanizado y porque como señaló el introductor de Peñalosa en España, el también poeta Miguel d’Ors, la poesía de Joaquín Antonio es como “un vaso de buen vino”.

Pero no quiero seguir aburriéndoles con digresiones y dejo que sea su imaginación y no la mía la que les haga disfrutar de estos versos.